Promover la economía circular, el objetivo del BID con la Alianza del Pacífico

‘Visión 30/30: Gestión de envases y empaques’, el modelo de economía circular de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) se verá fortalecido gracias a alianza firmada con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El convenio que cuenta con un aporte de US$150.000 para su primer año, hechos por el BID, creará una hoja de ruta para Chile, Perú, México y Colombia. Con esto, se busca que los cuatro países tengan un sistema único de información sobre la recolección y aprovechamiento de residuos de envases y empaques.

Con cada año que pasa se hace aún más importante considerar una economía que ayude en el sostenimiento del medio ambiente por eso alianzas como esta buscan crear conciencia sobre la importancia de separar los residuos en la fuente.

“Nuestro objetivo con Visión 30/30 desde la ANDI es reaprovechar al menos el 30% de los residuos de envases y empaques puestos en el mercado en 2030. Este aporte del BID nos permite seguir avanzando para lograr esta ambiciosa meta en Colombia mientras llevamos nuestro modelo de economía circular a otros países que buscan contribuir al cuidado del medio ambiente”, aseguró Carlos Herrera, Vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la ANDI.

Por su parte, Paola Buendía, Vicepresidente Ejecutiva de la ANDI, aseguró que “este apoyo del BID es fundamental para el plan de acción del Grupo de trabajo de Economía circular del Consejo Empresarial de la Alianza Pacífico que se constituyó en la pasada Cumbre de Alianza Pacífico en Lima”.

El proyecto ‘Visión 30/30 y el BID centrarán sus esfuerzos para establecer una agenda para incentivar el uso sostenible del plástico; armonizar el lenguaje técnico en materia de economía circular; crear políticas públicas para promover la separación en la fuente; establecer las necesidades de ampliación de la capacidad de transformación y cierre de ciclo de materiales.

La alianza también trabajará en la mejora en el eco-diseño de los envases y empaques; la prestación del servicio público de aseo; la inclusión de población recicladora; y la transparencia y precisión en la información de la gestión de residuos sólidos.

 Todo este trabajo estará cobijado bajo tres líneas: la estructuración metodológica del sistema de información y el perfil de la capacidad de reciclaje de los materiales; el entendimiento y evaluación de la capacidad instalada; y el diseño de estrategias para fomentar cambios de comportamientos en los ciudadanos para promover la separación de residuos en la fuente.

Así, abarcando todo lo que implica el cuidado del medio ambiente, empresas y destinatarios finales tienen un compromiso de asumir responsablemente el tema de envases y residuos.

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