Metrópoli ecológica y sostenible
**Editorial El Colombiano.
Medellín y el Valle de Aburrá deben abrir su horizonte al cuidado del medio ambiente. Será la vía indicada para que esta urbe, densa en gente y edificios, sea amable y visitada. Tarea inaplazable.
Las noticias sobre asuntos medioambientales, buenas y malas, están cada vez más presentes en la cotidianidad e intereses de los municipios que componen el Valle de Aburrá. De ahí que se deba atender esa agenda y ubicarle en un nivel prioritario de respuesta y control.
En fauna, en flora, en aguas, en movilidad, en edificación y territorios, en emisión de gases y derrames de materiales líquidos y sólidos que contaminan. Hay una amplia gama de afectaciones, y al tiempo de esfuerzos, que tienen como eje, como centro, la calidad de vida de Medellín y su área metropolitana desde la perspectiva ecológica y sostenible del gran asentamiento humano que formamos.
Los gobiernos municipales de esta subregión, y de las demás del departamento de Antioquia, deben ser abanderados frente al país en la búsqueda de procesos sociales, económicos y culturales que garanticen un desarrollo lejos de modelos depredadores y en el largo plazo catastróficos para la coexistencia.
Las cifras inquietantes de la tala de bosques y el consecuente cerco a los reservorios de agua, flora y fauna en el Valle de Aburrá, los planes de ordenamiento territorial criticados por inconsultos y marcados por intereses de expansión edificadora, sin proteger cinturones y corredores verdes, están al orden del día.
Nuestra metrópoli, muy cercana a los 4 millones de habitantes, ha sufrido ya en los dos últimos años sendas emergencias ambientales por contaminación del aire. Una capa espesa de partículas y gases a los que los estudios de universidades y expertos les atribuyen cada vez mayor incidencia en la aparición de enfermedades respiratorias y otras afecciones de salud (dérmicas y visuales).
Por eso, para no reducir esta reflexión a una visión pesimista y negativa de tales coyunturas, hay que saludar informes recientes, aparecidos en este diario, que confirman la adquisición de terrenos en Envigado y Sabaneta, por ejemplo, para proteger reservas como La Romera y los bosques en límites con el suroriente del departamento. Así mismo, alentar las brigadas y planes de reforestación en el Cerro Quitasol, en Bello, y en espacios públicos y avenidas de Medellín para contrarrestar el déficit de árboles.
También es de resaltar la mayor conciencia ciudadana que se manifiesta en las denuncias sobre tráfico de fauna y maltrato animal. Alertas que ayudaron a recuperar siete venados y a decomisar en el Valle de Aburrá otros ejemplares de especies en peligro de extinción, con apoyo de veterinarios del Área Metropolitana e instituciones universitarias públicas y privadas como la Universidad de Antioquia y el CES. Una integración y un esfuerzo necesarios y eficaces.
De aquella visión romántica y exótica de otros tiempos de los asuntos ecológicos, o el desprecio o subvaloración de los modelos sostenibles de desarrollo en los planes municipales, se ha pasado a que este sea un tema transversal y definitivo en política pública, responsabilidad empresarial y comportamiento ciudadano.
Medellín y las localidades vecinas tienen numerosos retos por delante si no quieren repetir emergencias ambientales cada vez más insolubles y amenazantes. Las satisfacciones obtenidas como consecuencia de las obras de infraestructura y ratas de crecimiento económico promisorias no servirán de nada en un entorno contaminado y agobiante. Hay suficientes señales para tomarse el tema en serio y es voluntad de EL COLOMBIANO ayudar en este propósito.
Contraposición
No me satisface la situación ambiental de Medellín
Por: Federico Gutiérrez Zuluaga – Alcalde de Medellín
La protección del medio ambiente no es un tema que da espera. Se debe dejar de plantear en términos de futuro. Requiere acciones inmediatas.
Es fundamental una movilidad sostenible. Para ello, agradecemos y coincidimos con el procurador Fernando Carrillo: se requiere que Ecopetrol suministre combustibles de mejor calidad (diesel y gasolina). Sin eso, los demás esfuerzos son limitados y poco efectivos.
Venimos avanzando en el sistema integrado de transporte, los metrocables, incluido el nuevo de Picacho. Dentro de poco inicia el monitoreo de los buses eléctricos y pretendo que al final de esta alcaldía se recambie la flota por equipos de ese tipo y que la ciudad sea líder en el país en movilidad eléctrica.
Es clave la siembra de árboles: vamos a plantar 380 en la Avenida Oriental y a cambiar en el Centro pisos duros por blandos. Para mitigar el cambio climático hay que aportar desde lo local. En EPM redefinimos las metas ambientales en el cuidado de fuentes hídricas. Y planteamos 30 corredores verdes. La ciudad tiene un reto ambiental enorme.
En el control a la industria por vertimiento de aguas residuales y desperdicios sólidos no puede haber tolerancia. Es que Medellín aún no nos satisface en materia ambiental.
**Tomado de Elcolombiano.com en:
https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/metropoli-ecologica-y-sostenible-EA8046170
**Fotografía: El Tiempo.com