En América Latina las “micro”, pequeñas y medianas empresas, también conocidas como mipymes, representan el 90% de las unidades productivas, generan cerca del 60% de los empleos y suman una cuarta parte del PIB regional.
En muchas ocasiones las operaciones están compuestas por actividades intrascendentes que hacemos que funcionen bien, mientras que hay otras trascendentes que no funcionan bien. Cuando hacemos que algo poco importante funcione bien, estamos siendo eficientes, pero no eficaces, y si bien la eficiencia es muy importante, si no es aplicada en algo correcto, sencillamente será inútil.
En un mundo deslumbrado por la rapidez, el dinero fácil y el poder a costa de todo, los administradores, líderes, padres y comunidad en general, se ven abocados a fortalecer los valores y principios…
Gestionar los inventarios definitivamente requiere inversión. No estamos hablando de máquinas, sino de capacidades blandas. La problemática de los inventarios se soluciona teniendo personas bien remuneradas y bien capacitadas que entiendan la técnica, es decir la configuración matemática y sus algoritmos.
Agrícolamente, existen prácticas en la industria bananera que han sido desarrolladas hace varios años y que en la actualidad se consideran nocivas al ambiente y pese a esto se siguen aplicando mientras se desarrollan otras más modernas.
Un cambio en el pensamiento organizacional de “centrado en el mercado” a un enfoque en el consumidor final, implica establecer un proceso proactivo, es decir orientado hacia la planeación colaborativa.
Cuando los importadores de la carga hacen un reclamo, tienen el deber de establecer que su carga ha sufrido pérdidas y/o daños y demostrar que la pérdida o daño ocurrió durante la custodia de la carga; que el importe del reclamo se ha calculado adecuadamente.
Un cambio en el pensamiento organizacional de “centrado en el mercado” a un enfoque en el consumidor final, implica establecer un proceso proactivo, es decir orientado hacia la planeación colaborativa.